14 Nov
14Nov


El olor a café invadía toda la casa, la cual tenía un ambiente cálido. Paola Ávila se encontraba sentada en una mesita acogedora en un espacio muy lindo en su patio trasero, vestida de manera muy casual y relajada. La futura periodista nació en Tegucigalpa hace 21 años, y su vida ha sido llena de situaciones tanto alegres como complicadas, pero  aun en sus tiempos difíciles, la joven hondureña nunca deja sus metas estancadas y es el ejemplo verdadero de perseverancia.

Viene de una familia trabajadora, sus padres se casaron jóvenes y junto con su bebe (en aquel entonces pequeña e indefensa) comenzaron una familia la cual agregaron un integrante más, su hermana Natalia. Su infancia fue divertida, llena de viajes familiares, sus padres se esforzaron por darle buena educación y su vecindario era lo suficientemente sano para permitirle salir a jugar con otros niños cada tarde después de la escuela.  Ser única hija y nieta por un tiempo trajo muchos privilegios, ser consentida era uno de ellos.

“Mi infancia fue la mejor, mis papas trabajaban mucho. Recuerdo que siempre tenía alguien con quien jugar en mi colonia, vivíamos donde mis abuelos paternos entonces era muy consentida, a veces malcriada me cuentan (confeso entre risas). Siempre quise tener una hermana y oraba mucho, tenía como 5 añitos cuando mi hermana nació, yo estaba en kínder apenas y mi maestra de ese entonces estaba esperando una bebe y le pondría Natalia, me encariñe tanto como ella que prácticamente forcé a mis papas a llamar a mi hermana así. El nombre igual les encanto.”

Un momento difícil se avecino cuando sus padres tomaron la dura decisión de separarse, provocando un cambio drástico en la vida de Paola y su hermana. Su madre en un momento precipitado y sumergida en el dolor de su divorcio, tomo la decisión de mudarse a los Estados Unidos, donde su hermana vivía. Paola más que nunca, era una niña independiente, capaz de ser un apoyo para su mama a tan corta edad. Nunca sentido enojo contra sus padres, el vínculo con su papa es muy profundo hasta el día de hoy, y nunca estuvo incomunicada con él.

“Mis papas se divorciaron cuando yo tenía 9, mi hermana estaba muy pequeña no se acuerda de nada. Fue difícil adaptarme a ver a mi papá en las tardes un rato en vez de todos los días todo el día, En ese momento no entendía mucho lo que pasaba, pero si sabía que sin importar que mis papas eran mis papas y me amaría siempre.  Lo que me costó mucho fue vivir en un país desconocido e inmenso sin tener más familia que mi tía, su esposo y mis primas. Me sentía muy sola y sé que mi mama también extrañaba Honduras. Nos regresamos al año y medio y fue lo más feliz porque ese día cayó justo mi cumpleaños. “

En su regreso a su país natal, la niña carismática de apenas 11 años de edad se refugiaba en sus amigos, era una persona sociable pero claro, un cambio de institución educativa le afecto. El empezar desde cero en un nuevo lugar, con nuevos maestros y tener que hacer nuevos amigos es difícil en plena entrada a la adolescencia. Sin embargo, emprendió ese nuevo reto y gracias a su personalidad simpática y positiva, se adaptó rápido y logro terminar sus estudios secundarios en Nashville School.

“Esa escuela me enseño muchas cosas, antes de mudarme a los Estados Unidos, yo estaba en International School, y pasar de una escuela grande a una pequeña  fue extremadamente difícil para mí. Uno está acostumbrado a un cierto ambiente ya pero gracias a ese cambio logre aprender a ser humilde ante todo y eso es un valor que todos deberíamos tener” expreso con un semblante pensativo. “Hasta el día de hoy sigo en contacto con amistades de ambas escuelas, es más, mi mejor amiga es de la Inter, y mi novio lo conocí en Nashville, así que me lleve lo mejor de ambas escuelas”

Entre uno de los muchos cambios que Ana Paola tuvo, uno de los más bonitos fue la expansión de su familia. Siempre dicen que de una tragedia siempre queda un lado positivo hacia dónde mirar y este fue el caso. Ambos padres rehicieron su vida con sus respectivas parejas y tuvieron dos niños más cada uno.  Desde muy chiquita le encantaban los bebes y los niños pequeños. Ahora tiene 5 hermanos, 4 de ellos pequeños, así que sus días son divertidos y no podría estar más feliz de como la vida la bendijo de tal forma.

“Mis hermanos son mi vida. Me encantaaaaaan. A veces me vuelven loca pero no importa es un pequeño precio que tengo que pasar (se tiro una carcajada fuerte). Como la hermana mayor de todos siempre involucra un poco más de responsabilidad sin duda, pero no me quejo, me gusta aprovechar lo más que pueda con ellos. Los saco a pasear, me tomo enserio el rol de mama los trato como que si fueran míos, a todos, menos a Natalia esa ya está grande ja ja ja “

Cuando no se encuentra con sus hermanos, o ayudándoles en el trabajo a sus papas, Ana Paola dedica su tiempo a la universidad. Es una estudiante muy aplicada, con deseos de lograr cambios positivos para su país. Se enfoca en sus clases y organiza su tiempo adecuadamente para llevar una vida tranquila. En sus ratos libre los aprovecha para relajarse y se compromete con Netflix para ver sus series, lo cual nos comentó, no podría vivir sin eso.

“Voy a la universidad en la mañana, por las tardes le ayudo a mi mama en el trabajo ella tiene su negocio propio. Todo es de saber dividir bien nuestro tiempo, poner prioridades y al final todo esfuerzo tiene su recompensa. Tengo mis días que me desconecto de todo y me vengo a mi casa todo el día, me acuesto y Netflix es mi único acompañante, ahorita estoy  obsesionada con la serie Greys Anatomy y cuando empiezo una tengo que terminarla así que eso eso invierto mi tiempo libre..”

Su disciplina en sus estudios la han llevado a terminar hasta ahora su segundo año de la carrera de Periodismo. Su pasión por el periodismo nunca se puso a prueba, siempre fue la opción número uno, a pesar de ella pensar en la mala reputación y falta de ética del periodismo hondureño en muchos caso. Decepcionada un poco del sistema educativo superior por su experiencia en previas universidades nacionales, Ana Paola nos relató cómo su reciente cambio a la universidad Ceutec la ha inspirado a terminar con éxitos su carrera profesional.

“Siempre supe que estudiaría periodismo, me encanta lo que consiste la carrera. Ser ese medio de conexión entre el periodista y el mundo entero. Mantener a una sociedad informada es esencial. Desafortunadamente, me lleve decepciones en muchas universidades, no me llenaban, sentía que no adquiría los conocimientos necesarios. Estamos en un país donde muchos estudian porque la ideología es que si no tiene un título, su salario será malo y su vida pésima. Creo que una carrera profesional la deberían de sacar todo aquel que necesita y quiere es superación propia, que el motivo sea inspirado por más que solo que el dinero.”

Gracias a su larga trayectoria por universidades, esto también dejo efectos positivos en su persona. Tuvo el privilegio de conocer personalidades del mundo del periodismo muy respetables y admiradas. Amigos que algún día serán sus futuros colegas. Paola tiene mucho que demostrar de sus capacidades periodísticas, reconoce sus debilidades como individuo pero se esfuerza a diario por ser una mejor versión de sí misma. Las ganas de viajar por el mundo, formar una familia, ser reconocida internacionalmente por causar un cambio en el periodismo hondureño son los factores que la impulsan a levantarse de madrugada todos los días y exigirse sus máximas habilidades.

“Mi mayor deseo es poder influenciar en el cambio al periodismo. En un ámbito muy difícil de hacerlo, quiero que sea totalmente transparente, que seamos conocidos en el mundo por ejercer la profesión con buenos periodistas dignos de admirar. Espero verme en unos cuentos años más al lado de mi familia, me muero por tener mi bebe propio, uno que si pueda decir que es mío y solo mío, aunque mis hermanos los considero como tal. Me encanta viajar así que porque no combinar ese gustito con el trabajo, sería lo mejor que me pasara.”

 Un futuro prometedor es precisamente lo que le espera a la amante del periodismo. Una mujer de carácter fuerte pero aun así sensible. Una profesional que espera ofrecer sus habilidades no solo para satisfacción propia sino para la mejora de su país.

“Pero sobretodo, hay que dar gracias por lo que tenemos y por lo que no tenemos, porque si no lo tenemos, no hace falta. La felicidad está en las cosas más pequeñitas así que todos deberíamos aprender a ser felices con lo que somos y con lo que tenemos.”

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